
Desde que era niña, todo en mi vida me parecía mal, odiaba mi vida, odiaba mi cuerpo, el lugar donde nací, mi contexto de vida, odiaba a las personas, odiaba todo y casi siempre que pensaba en eso, estaba enojada.
Y tambien había ocasiones, en las que, por fuera parecía una niña feliz porque creo que eso era lo que genuinamente había en mi, una niña positiva, una niña alegre, platicadora, una niña inteligente, una niña valiente, pero yo no lo apreciaba, porque yo me enfocaba en todo lo que no tenía, en todo lo que no me gustaba y en todo lo que para mí, estaba mal.
En mi caso, Santa Claus y los Reyes Magos no me traían lo que decía en mi cartita, no porque me portara mal (eso creo), tal vez porque había muchos niños en el mundo a los que tenían que llevarles regalos y en algunos lugares, el presupuesto tenía que estirarse, así que si Chío pedía la casa de Barbie con alberca, le podían llevar un osito pequeño de peluche porque Chío sabría como hacerle para conseguir la casa de Barbie con alberca que tanto quería.
Hornearía empanaditas de piña y las vendería de casa en casa, bordaría unas almohadas con punto de cruz a mano para juntar dinero y comprársela, en fin, ella sabría que hacer y ellos sabían que tenía todo para lograrlo.
Creo que, desde entonces, Dios ya me estaba entrenando para soñar en grande… y actuar en pequeño.
✨ La primera vez que deseé algo con todas mis fuerzas:
Iba en sexto de primaria cuando participé en un concurso de conocimientos.
Era por etapas: primero competías con tus compañeros de la escuela, y si quedabas entre los tres primeros lugares, pasabas a la otra etapa.
Y así llegó el día de los resultados. Nos mandaron a llamar a la dirección para compartirnos quienes habían sido los 3 primeros lugares, los cuales pasaban a la siguiente etapa. Recuerdo perfectamente entrar a la oficina de la directora y sentir como algo muy grande dentro de mí, como cuando dicen: “algo que hace vibrar tu corazón”, y en ese momento, me dije a mí misma “QUIERO GANAR” y lo desee con todas mis fuerzas, no recuerdo haber deseado algo así antes (hasta ese momento).
La directora comenzó a anunciar los nombres.
Tercer lugar… no era yo.
Segundo lugar… tampoco era yo.
Y ahí, justo cuando iba a decir el primer lugar, sentí algo muy fuerte dentro de mí.
Esa vocecita que gritaba “¡quiero ganar!”
Y mientras la directora tomaba aire para decir el nombre del primer lugar, yo repetía mentalmente:
“Va a decir mi nombre. Va a decir mi nombre.”
Y sí.
¡Lo dijo!
¡Dijo mi nombre! 🎉
En ese momento entendí algo que me marcó para siempre:
yo podía soñar algo… y hacerlo realidad.
🌱 El día que descubrí mi propia varita mágica
A mis 11 años experimenté esa sensación mágica de ver cumplido un deseo.
No porque alguien me lo concediera, sino porque había creído en mí.
Fue como descubrir que tenía una varita mágica invisible: mi corazón, mi esfuerzo y mi confianza en Dios. Aunque, spoiler alert, no funciona así precisamente, no quiero que pienses que uso mi fe como mi varita mágica, eso jamás. Es solo para explicar lo que sentí en ese momento.
Esa fue la primera vez que entendí que los sueños no se cumplen por casualidad; se construyen con propósito, paciencia y esperanza.
Con el tiempo, me fui reencontrando con esa niña: la que soñaba sin miedo, la que se atrevía a vender empanaditas para alcanzar lo que quería, la que no esperaba a que las cosas llegaran, sino que las salía a buscar.
🌻 Soñar sigue siendo mi forma favorita de creer
Hoy entiendo que los sueños no son un lujo ni una fantasía.
Son mensajes de propósito, recordatorios de fe.
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera,
la convicción de lo que no se ve.”
— Hebreos 11:1
A veces los escondemos porque alguien nos dijo que “no se puede”, o porque la vida adulta nos hizo más realistas que esperanzadas.
Pero los sueños siguen ahí, esperando a que los miremos otra vez.
💡 Y así nació mi nuevo proyecto digital
Durante los últimos meses, he estado trabajando en una herramienta muy especial.
Una que nace precisamente de esa niña soñadora que sigue viva en mí, y que quiere ayudarte a organizar tu día a día desde el propósito, poner en orden tus metas y dar pasos firmes hacia tus sueños.
💻 Muy pronto te contaré más sobre este proyecto digital, práctico, inspirador y lleno de intención, creado para recordarte que sí puedes construir la vida que sueñas, un día a la vez.
Esta herramienta será tu guía, tus primeros pasos, antes de querer lanzarte a cumplir tus sueños a lo loco, son los pasos que a mí me hubiera gustado que me contaran antes, lo que me costó aaaaños aprender (oigan a la viejita), no ya en serio, siempre me preguntan:
"Chio, ¿cómo le hago para tambien salir de ahí?",
"Chio, ¿Cómo le hiciste para cumplir esos sueños?",
"Yo tambien quisiera hacerlo", etc, etc.
Pues ahí les cuento esos "secretos" que la verdad no son secretos, los han puesto en práctica miiiiiles de personas en el mundo, pero yo te doy el resumen y todo bonito para que los pongas en práctica desde el primer día.
Y sobre todo, algo que me gustaría aclarar, es que no es una varita mágica, es un comienzo en un proceso personal pero tambien un proceso de conexión con Dios y contigo mism@. Durante este proceso, siempre te recomendaré (en la medida de tus posibilidades) buscar ayuda profesional.
Espera pronto las noticias. Te mando un abrazo.
Con amor, Chio.